Es bien sabido por cualquier marketer que se precie que un buen diseño gráfico es sin duda, una de las claves más decisivas para el éxito de un negocio e-commerce.

La experiencia que tengan los usuarios desde el mismo momento en el que ponen un pie en nuestro dominio, determinará en gran medida que acaben o no realizando una compra.

Además, esto es algo que Google sabe muy bien. Como ya imaginarás, al gigante de internet no se le escapa nada, y normalmente, siempre tiende a beneficiar en términos SEO a aquellos sitios web que proporcionan una buena experiencia a los usuarios.

¿Y cómo lo sabe? Pues bien, aunque esto pueda sorprender a muchos, el texto no es el único dato que Google analiza en los sitios web. Existen todo tipo de parámetros como el tiempo de carga de la página, la tasa de rebote y el comportamiento de los usuarios que le da una idea a Google de la calidad de una web.

Aspectos básicos del diseño gráfico web:

  • Estética: aunque sea uno de los factores más superficiales, resulta de vital importancia que los usuarios tengan una experiencia visual atractiva. Lejos quedaron ya los diseños cutres de principios de los 2000, en los que el gusto estético brillaba por su ausencia. Ahora, con tanta competencia ahí fuera, la primera impresión lo es todo, y tiene una gran influencia en la percepción del cliente con respecto a nuestra marca. De hecho, se sabe que una estética cuidada y un buen diseño gráfico influyen de manera muy decisiva en la confiabilidad de los usuarios. Y no lo decimos nosotros, lo dice un estudio realizado en Viena que analizó la confianza que generaban ciertos tipos de diseños web en sitios relacionados con la salud. Los resultados fueron esclarecedores: el diseño influye significativamente en la confianza de los usuarios que nos visitan.
  • Adaptabilidad: se estima que el uso de dispositivos móviles para acceder a internet ya supera al de los ordenadores. Ya no basta con tener un bonito diseño pensado para
    ordenadores, este también tiene que adaptarse a smartphones y tabletas. Además, si tu e- commerce no está adaptado a las nuevas formas de consumo de información, ten por seguro que perderás puntos con Google y tu posición en los rankings bajará dramáticamente ya que por supuesto, no tener un sitio web responsive penaliza con respecto al SEO.
  • Legibilidad: este es sin duda el factor más básico y obvio de todos. Los usuarios que entran en nuestro e-commerce han de ser capaces de leer la información que les ofrecemos sin acabar mareados o con dolor de cabeza. Eso implica un contraste correcto entre fondo y texto, una tipografía comprensible y un tamaño suficiente para leer sin dificultades desde cualquier dispositivo.
  • Identidad de marca: la paleta de colores y la tipografía empleados son elementos que nos ayudarán a construir nuestra imagen de marca, y que deberán corresponder con los valores que queremos transmitir a nuestros potenciales compradores. Además, la solidez en la imagen que proyectamos en el usuario, nos ayudará a ser más fácilmente reconocibles cuando estos mismos clientes nos encuentren en otros contextos, como por ejemplo, si decidimos pagar por anuncios online.

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