La Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid ha acogido el jueves 26 de mayo una nueva reunión de expertos de la Cátedra de Innovación para el Comercio con el objetivo de analizar las zonas de bajas emisiones y su impacto en el sector del detalle.

La contaminación es una preocupación básica para las administraciones y medidas como la de instaurar zonas de acceso restringido en el corazón de las ciudades vienen a dar respuesta a las políticas de lucha contra el cambio climático, dirigidas desde la Unión Europea.

Sin embargo, estas acciones verdes tienen repercusiones en otros sectores, como el comercio tradicional, y “no hay datos económicos” que cuantifiquen su impacto, como advirtió el decano de la Facultad, José Antonio Salvador Insúa, al tiempo que manifestó su preocupación por esta circunstancia.

En la actualidad, la literatura sobre el tema es “escasa”, según señaló el decano, y sólo unos pocos ejemplos sirven para “tomar conciencia” de lo que implica cerrar el centro de la urbes. Así, por un lado, el caso de Londres, donde el impacto ha sido positivo para los comerciantes, o en Berna (Suiza) donde la mayoría de los clientes acceden a los espacios comerciales al aire libre en bicicleta, según un estudio.

Por el contrario, en Barcelona, que junto con Madrid, son las únicas ciudades que han establecido una demarcación en el centro con acceso restringido (popularmente conocida como “almendra”), y donde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha anulado la medida por no estar justificada esa decisión en datos y por el impacto que tiene en los vendedores, que han registrado cuantiosas pérdidas.

Y en este escenario de incertidumbre, donde “están claras las medidas para reducir las emisiones”, como apuntó el decano, no hay un plan que actuación sobre sus consecuencias económicas, que en Barcelona, por ejemplo, implicaría renovar más del 50 por ciento del parqué automovilístico para adecuarse a la señalizaciones de contaminación de los vehículos, o reestructurar  el transporte público a nuevos horarios, según días de afluencia.

TRES MEDIDAS

Ante este contexto, los empresarios ligados al sector de la venta al por menor pueden adoptar tres posturas: la primera, manifestarse y hacer ver que la administración debe contar con todos los agentes implicados; la segunda, la vía judicial, como en la capital catalana, y la tercera negociar con el ente público y hacerle ver las repercusiones de según las medidas, tal y como se hace en Palencia, tal y como resumió Julio Casado, de Mercadona.

“Lo mejor es no poner líneas rojas”, continuó Casado, que ha insistido en la necesidad de exponer los argumentos del comercio para actuar de forma proactiva y reactiva ante las propuestas de políticas medioambientales. Como ejemplo, ha puesto las reuniones que ha mantenido al CEOE de Valladolid con el Ayuntamiento para tratar de garantizar las labores de carga y descarga de los repartidores.

La movilidad sostenible y la emergencia climática implican cambios en la forma de vida, en los hábitos de consumo y en los formatos comerciales. Sin embargo, también representan nuevas oportunidades para el sector, las tiendas de barrio y la actividad comercial en su conjunto.

Por ello, según Alma Noemy Pertejo (Studio Escaparatismo), las alianzas y el diálogo son piezas “claves” en este damero al que le faltan datos y estudios que cuantifiquen el impacto de los nuevos modelos de sostenibilidad, si bien es cierto que hay ejemplos de buenas prácticas, como en Nantes (Francia) donde se descubrió que el 70 por ciento de los consumidores no van motorizados, lo que motivó la construcción de un tranvía que conecta el centro con la periferia.

“Si se hacen bien las cosas, será positivo, pero si se hacen bien”, reflexionó Noemy Pertejo antes de poner sobre la mesa los cambios en las políticas de devoluciones de empresas como Zara y Amazon o los nuevos paradigmas verticales, en alusión al reparto con drones, de la distribución.

Tras la exposición del director regional de El Corte Inglés, José Antonio Lobato, sobre las medidas adoptadas por la firma en temas de economía circular, los riesgos reputacionales y la necesidad de responder a las exigencias de los clientes,  se dio paso a un debate entorno a la importancia de contar con información  sobre consumo y acceso al comercio minorista.

ESTUDIOS PORMENORIZADOS

Enrique Cabero, presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, ahondó en la necesidad de contar con estudios pormenorizados de los comportamientos y las consecuencias en el comercio de las medidas medioambientales alegando que “no es solo un cambio en sí, es un cambio de vida y no se ha estudiado lo suficiente”.

En este sentido, Cabero considera que en ocasiones se toman decisiones “con prisa sin medidas urgentes” y que a la necesaria evaluación medioambiental le debe seguir un análisis del sector del comercio, que se verá afectado por esta “nueva forma” de vivir. “El miedo al cambio solo se resuelve con estudios”, aseguró.

En su turno, el gerente de Fecosva, Jesús Herreras, mencionó que Valladolid, por población, está obligada a la actuación legal en este campo, si bien considera que muchas de las decisiones adoptadas por el Consistorio han sido “un poco abruptas”, sin tener en cuenta el contexto social y económico actual tras la pandemia y las consecuencias de la guerra de Ucrania.

Por ello, desde Fecosva, se manifiestaron en contra, no de la aplicación de la normativa, pero sí de los plazos de aplicación, motivo por el cual solicitaron que se dilataran con el objetivo de recuperarse de los últimos acontecimientos y con el tempo adecuado.

Gabriel García Aparicio, director de Carrefour Castilla y León, puso en valor los estudios sobre el sector minorista y la plataforma que se desarrolla desde la Facultad de Comercio para conocer el comportamiento del consumidor al tiempo que ha insistido en la necesidad de involucrar al ente público en estos trabajos de campo pioneros con el objetivo de preservar la actividad comercial.

Asímismo, aseveró que, si bien es “muy romántico” andar por el centro de las ciudades, las medidas deben tener también una perspectiva económica, y no olvidarse de las empresas y su periodo de adaptación a cambios de este calado.

DESCONOCIMIENTO

Para concluir, Salvador Insúa laménto que el pequeño comercio tenga un “profundo desconocimiento” del lugar desde donde llegan sus clientes, al contrario que las grandes superficies que controlan muchos datos al respecto, y que esta circunstancia se resolvería con estudios sobre el comercio de proximidad disponibles para que la administración tuviese conocimiento a la hora de actuar.

Cabe recordar que la Catedra ha desarrollado una iniciativa para analizar el pequeño comercio en la capital palentina. Este estudio pionero se podría replicar en otras ciudades de la Región y se obtendrían resultados, según el propio decano, en unos cuatro meses, según la población.

“Tenemos la experiencia de Palencia y medios para trabajar con cierta rapidez”, declaró el decano antes de anunciar que la Cátedra lanzará una propuesta para desarrollar un estudio sobre el impacto en de las zonas de baja emisión y presentarla a la administración.

La Cátedra de Innovación, que cuenta con expertos procedentes de la UVA, El Corte Inglés, Leroy Merlín, Mercadona, Tendam, Proyecta Gestión Integral Y Sociograph Marketing Science, entre otros, ha incorporado a tres nuevos miembros en el comité: Javier Olaiz, de Leroy Merlín; María José Sancho del Instituto de Estructuras Comerciales, y la propia Noemy Pertejo.

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