José Antonio Salvador Insúa, Decano de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid fue entrevistado por el Adelantado de Segovia el 3 de septiembre para comentar la situación actual en el comercio.

Comentó que el comercio sufre tiempos bastante difíciles debido a diferentes cambios en los hábitos de consumo provocados por las nuevas tecnologías y la aparición de la venta masiva por internet. Además, la pandemia y la guerra de Ucrania, que provocaron la inflación, añaden dificultad a esta situación. El decano expuso que una de las soluciones es adaptarse a la “nueva realidad”, es decir, a la digitalización de la sociedad: ahora la gente prefiere comprar por internet, porque es más rápido y más cómodo – por ejemplo, se puede comprar a través del móvil a cualquier hora. Las tiendas deben adaptarse a las necesidades del cliente: tener tienda online (vender a través del teléfono o internet) o permitir recoger las compras en la propia tienda o en un buzón.

Añadió que hay que entender las razones de los consumidores para realizar una compra, la necesidad de suministro – solemos ir a las tiendas que están cerca y tienen un horario bastante amplio, además de acudir como actividad de ocio – para distraerse y pasar tiempo libre. En el segundo caso, una experiencia satisfactoria de compra juega un papel muy importante.

Además, hay ciertas ventajas en el modelo de comercio de proximidad. Primero, la confianza entre un vendedor y un consumidor, quienes pueden hablar y obtener una atención personalizada (lo que es imposible en Internet). Segundo, en una tienda física el vendedor puede observar, evaluar y dar consejos, lo que aporta un valor añadido a la compra. Estas dos características del comercio tradicional no podrán ser sustituidas por Internet y por eso no vamos a encontrarnos con un fin de era del comercio offline, sino que las tiendas tendrán que adaptarse a los nuevos formatos y necesidades de los consumidores.

Otro tema muy importante es el horario de las tiendas, que no pueden ser 24/7 pero pueden ser flexibles, reduciendo horarios y ajustándose al horario de los consumidores, a las horas que suelen comprar más. La Catedra de innovación para el comercio de la UVA está estudiando y analizando este tema. Una de los errores comunes es cerrar las tiendas a las horas en las que más gente hay en la calle, y exactamente esto fomenta y favorece las compras por internet. Actualmente, el mayor crecimiento de las ventas en línea corresponde a la ropa y el calzado, lo que parece imposible.

Otra medida que se podría implementar para mejorar el comercio pequeño es la digitalización, que no siempre significa tener tienda online, sino tener presencia online para que las conozca la gente.

Es muy importante crear un escaparate visualmente atractivo. De forma que haga al cliente sentirse atraído a entrar en la tienda. La Cátedra de Innovación para el Comercio también busca más opciones, como mejorar la atracción del cliente a través de lo que él ve. Por ejemplo, se pueden medir sus sentimientos al ponerle unas gafas y monitorizar sus gestos, un brazalete que mide los impulsos de su piel, ver y medir cómo reacciona un consumidor al ver un precio o interactuar con los dependientes, etc.

Dado que estas herramientas no son baratas, especialmente para las pequeñas empresas, Salvador Insúa está seguro de que la administración debería dar acceso a estas herramientas al pequeño comercio. Con la financiación de la Junta de Castilla y León y los ayuntamientos se podría ayudar al pequeño comercio a mejorar significativamente.

José Antonio asegura que se puede organizar la formación de los comercios a través de la página web de la Cátedra. Además, en 2025 será obligatorio digitalizarse, y la Cátedra ayudará a los comercios a implantar las tecnologías que favorezcan su actividad y a formarles para poder utilizarlas de forma óptima.

El decano explicó que se está llevando a cabo un proyecto piloto con 30 comercios en Valladolid y 30 en Palencia.

Hablando del futuro del comercio, no hay ninguna duda de que el comercio seguirá existiendo, aunque con algún cambio “como todo en la vida. Por eso es tan importante que el comercio pequeño, fundamental para dar vida a las ciudades, se adapte a las nuevas circunstancias de su entorno.”

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